Catedral de Santiago de Compostela

«Es la suprema y definitiva creación del arte románico, enriquecida a través de los tiempos con obras ojivales, platerescas, neoclásicas en sus diferentes modos y, sobre todo, barrocas». Así define Ramón Otero Pedrayo, uno de los intelectuales gallegos de mayor relevancia, a la Catedral compostelana.

En 2011 se conmemoraron los ochos siglos de su consagración. En estos 800 años, la belleza de sus formas arquitectónicas junto con la mágica leyenda del apóstol Santiago, la han convertido en el monumento gallego más conocido en el mundo.

Meta de millones de peregrinos que desde hace un milenio convirtieron la Ruta Jacobea en el principal símbolo de Europa, la primera visión de la Catedral que tenían los caminantes medievales era el Pórtico de la Gloria, del Maestro Mateo, obra culmen del románico. Hoy oculta por la fachada barroca, sigue siendo uno de los espacios de la Basílica que más impresiona al visitante. Son casi 200 esculturas en granito, cargadas de un halo de misteriosa expresividad y magnetismo.

El casco histórico de Santiago de Compostela

Levantado alrededor de la tumba del apóstol Santiago el Mayor, es un conjunto arquitectónico de extraordinaria belleza y excepcional valor cultural. Por estos motivos, además de por su profunda significación espiritual como centro de la peregrinación más importante de la cristiandad, la ciudad, que también es capital de Galicia, fue declarada en 1985 por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Entre sus numerosos atractivos y joyas arquitectónicas, destacan la Catedral, el Hostal dos Reis Católicos, el pazo de Raxoi, los monasterios de San Martiño Pinario y San Paio de Antealtares, el Colegio de Fonseca, el pazo de Xelmírez o las plazas del Obradoiro, A Quintana y Praterías.

Construcción: 1075-1211
Estilo arquitectónico: Románico, barroco, gótico
Culto: Iglesia católica
Orden: Clero secular

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